Aspectos Socioculturales de Amagá


ASPECTOS SOCIOCULTURALES DE AMAGÁ



En Amagá no existen diferencias de clases sociales. Todos tratamos de convivir pacíficamente los unos con los otros, pero hay circunstancias bien marcadas de educación, medio ambiente y prejuicios sociales.

En su gran mayoría el pueblo amagaseño tiene predominio en clase baja y clase media. En la clase baja sus ingresos son muy exiguos, no alcanzan a satisfacer sus necesidades vitales, como son la alimentación, vivienda, educación, salud, vestuario. Esta clase la conforman los campesinos, agricultores, y mineros, en general son los proletarios, los obreros.

La clase media esta constituida por empleados, profesionales y pequeños propietarios, carniceros, tenderos, cantineros, entre otros. El nivel de esta clase es superior a la de la clase baja, pero sus ingresos, en ocasiones, tampoco compensan los gastos.

El municipio posee varios planteles de educación, tanto de primaria como de secundaria, mucho deben de preocuparse los dirigentes del pueblo por el incremento de la educación, pues el elemento discente promete en las distintas manifestaciones de las Ciencias y de las Artes. La niñez está bien dotada pero en muchos permanecen latentes sus aptitudes y facultades por falta de estímulos y de apoyo.

En el medio rural y en algunas capas sociales económicamente mal dotadas, el egoísmo y la ignorancia de algunos y la miseria de otros, son dos enemigos poderosos de la cultura y de la educación.

En los recintos y acontecer diario de los establecimientos educativos son muchas las realizaciones culturales: exposiciones, semanas culturales, conferencias, danzas, presentaciones teatrales entre muchas otras.

Muchas instituciones trabajan en beneficio de la comunidad en programas de salud, promoción social, deportes, pero muy poco se conoce a cerca de su historia, sus inquietudes y sus labores.

La biblioteca “Emiro Kastos”, institución de carácter puramente cultural, con objetivos claros: ser centro de investigación y consulta, prestar servicios a los establecimientos educativos y ciudadanía en general, promover y coordinar las actividades culturales de Amagá.

EL FOLCLOR

El municipio ha dado lugar a un rico y espléndido folclore que es orgullo del pueblo amagaseño.

1.         Folclore Musical.


En otros tiempos, la vida de Amagá estaba impregnada de sano romanticismo, se dice que en tales años el amor era sincero, decidido y muy placentero era llevarle a la novia una serenata.

Los músicos no era difícil encontrarlos, ya que los había de gran destreza; aún se conserva esta tradición, nuestros campesinos son diestros en el manejo del tiple, la guitarra, la lira. Existen conjuntos
veredales en El Cedro, Pueblito de los Sánchez, Travesías, la Clarita, Minas, Yarumal y Piedecuesta e interpretan



con maestría pasillos, bambucos, vals, rumbas criollas y el tradicional ritmo de las vueltas con que se amenizan las veladas familiares o las fiestas veredales. Hoy continúa siendo un municipio alegre, cada heladería tiene su propia clientela; aquellas de la Calle Larga con música “guasca, de carrilera”; otras de la plaza pasan música colombiana, intercalada con moderna; todas se confunden en un solo ruido, a veces ensordecedor, que no entorpece las negociaciones de los campesinos ya acostumbrados a este ambiente musical.

El himno de Amagá es una de las muestras más bella de nuestra región; en el himno, el autor nos incita a iniciar y a alcanzar un progreso que estamos en capacidad de hacerlo..

La bandera, reúne todo lo que significan los diferentes elementos que constituyen a Amagá. Sus colores son  verde que significa la vegetación; el amarillo representa el guayacán; el negro significa el carbón; la estrella roja colocada encima de la faja negra amor que debe existir entre nosotros.


2.         Folclore coreográfico.


Son populares las fiestas del carbón, en el mes de diciembre, en ellas el pueblo se divierte en las casetas o aclama a las candidatas que desfilan en carrozas representativas de la riqueza o de la historia del municipio.

Recordando las primeras fiestas, nuestras abuelas, revivieron la danza de su época como “el baile bravo”, “la guabina” donde se conjugan el tiple, la tambora y la dulzaina.

La primera fiestas del carbón se celebró en el año 1.954, con lo recolectado se construyó el kiosco municipal por el ingeniero Pablo Leiman, ubicado en diagonal al templo parroquial; la candidata triunfadora fue Rosario Restrepo Sánchez.

La fiesta más arraigada en el pueblo es la semana santa, de la cual se ufana por la belleza de sus imágenes, muchas traídas de la ciudad de Quito Ecuador o de Barcelona España, en la época colonial y sobre todo por la representación en vivo de los famosos tribunales que congregan a centenares de turistas.

Según nos narra la historia de Amagá, las danzas se iniciaron con los aborígenes Omogaes, eran lentas, ceremoniosas, bien acompasadas; bailaban en parejas o filas, contradanza; lo hacían para entrar en combate, por la muerte de sus jefes o en sus borracheras.


3.         Folclore literario.


Amagá es rico en refranes, coplas y giros populares de habla comunes en Antioquia.

La copla encierra hondamente el sentimiento del pueblo que con ellas pregonan sus riquezas: “trove, trove compañero, trove con el corazón, en el pueblo de las peras, en el valle del carbón”.

A través de todas las épocas ha habido buenos trovadores que muchos de ellos han quedado nombrados en breves cantos populares: “El Ventorro, es un poeta, lo más dulce y popular, que trova en Titiribí, como trova en Amagá”.

En esta tierra se produce buen café y más importante es la recolección del grano. Por todos los atajas y bajo tupidos guamales, van y vienen las chapoleras; por eso alguien tuvo que entonar esta copla: “Allá van las chapoleras, por maduros cafetales, cantando hermosas canciones, como cantan los turpiales”.

Amagá fue cabecera de Cantón en 1.851 y de tales tiempos es esta copla: “Es rico titiribí, porque tiene minerales, en el cantón de Amagá, trapiches y cañaduzales”.

Amagá tiene como propios la leyenda del tesoro encantado de “Piedra Pelona” y el de la “Laguna Nechí y la Esmeralda”, alrededor de los cuales corren versiones llenas de superstición, creadas a través de generaciones por el habla popular, “La Barbacoa, el Llorón, el Arrastra cueros, La “Culebra con Cresta, El Carro Fantasma”.




4.         Folclore Demofísico


En este aspecto Amagá posee las mismas características de cualquier pueblo de Antioquia, en sus trajes, viviendas, alimentación, hábitos y costumbres.

Algunos de los hechos de Amagá narrados por nuestros abuelos:

a.            Saludos: ¡adiós ole!, ¡ole, que milagro!, ¿que tal, cómo estás?, ¿He, que habido?, ¿Cómo amanecieron?.
¿Qué tal les va?. Todavía entre algunos viajeros y campesinos se saludan; “!ave maría purísima¡ y responden: sin pecao concebida”.

b.           Despedidas: Bueno, adiós pues, que la virgen los acompañe, adiós y saludos por allá, hasta luego, manéjese bien, fue un placer.

c.            Nombres más comunes:



*         Personas: Justiniano, Martiniano, Nazareno, Zoilo, María, Ana, Carlos, Juan, Jaime, Mario, León, entre muchos otros...

*         Fincas: (pequeñas propiedades rurales y semiurbanas): Bella Vista, Palo santo, La Seca, Chirivital, El Toronjo, La Julia, Las Viudas, La Esmeralda, El Tesoro, Los Aljibes, Villa Nubia, La María, El Castillo, La Estufa, Zanzíbar, Villa Cecilia, La Tenería, La Judea entre otras.

*         Sectores Urbanos: Cuatro Esquinas, Calle Larga, El Bloque, Vendiagujal, Patio Bonito, El Refresco, El Altico, La Jabonería, La Vuelta de Ana, La Eléctrificadora, El Corazón de Jesús, El Barrio Obrero, entre otros sectores.

*         Sectores veredales: Maní de las Casas, Maní de las Mangas, El Cardal, Pueblitos, Camilo C., El Cedro, Pasonivel, Minas, La Clarita, Piedecuesta, Yarumal, Nicanor, El Morro, La Delgadita, entre otros.


d.           Medicina Popular.


Emplean las yerbas caseras para curar las principales enfermedades de su época, para curar el Tifo, rapaban al enfermo y le colocaban paños de vinagre, le daban bebidas de vendiagujas. La neumonía la curaban calentando penca sábila y la ponían en la espalda del enfermo (pulmones). La fiebre la bajaban o la quitaban con bebidas de grama blanca o malva, te, una sábana húmeda sobre la cama cubriendo al enfermo. Los piojos lo combatían con polvo rojo u horquetón.


e.            Agüeros.


Colgar, en el dintel, detrás de la puerta de entrada, una penca sábila con una cinta negra, una herradura, un sahumerio de café, una mata de ruda; en las navidades las mujeres usan interiores amarillos al revés; cargar un billete, es prosperidad, poner en las noches un vaso con agua para que no les eche narcotizantes, colocar una escoba parada detrás de la puerta con una tijera abierta, para que se aburra una mala visita; no dar sal, en semana santa no pilar ni rajar leña, por creer que se lastima o se aporrea al señor.

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